Tres bandejas de pasteles

Cuando llegaba el mes de junio solo pensaba en que habría una última mañana de fila en el patio del colegio, bajo un sol despiadado. Pero también pensaba en que se acercaba San Antonio. El 13 de junio olía a siempre a domingo y los 'Antonios' eran legión en la familia. Pero ese día era su día y su día nublaba al resto por su edad, por su manera de ser y por el caudal de amigos que, en esa siempre mañana llena de luz, acudían a llamar con los nudillos a la puerta de su casa de toda la vida, aquella por la que el burro de labranza entraba cada noche por mitad del pasillo hasta el patio de bestias.
¡Antonio!, ¡Antoñico!, ¡Compadre!...¡Caimán...!....
¡Abuelo!...
A las doce del mediodía, con la casa llena de gente, ya había dos o tres bandejones de pasteles sobre la cama de matrimonio. Era costumbre llevarlos a esa habitación, la mejor fresquera de la casa y el santuario donde la reata de chicuelos no osaba mancillar con sus zapatos y chanchas sucias. Pero no podíamos evitar entrar y expoliar los bandejones de sus más atractivos e irresistibles manjares de confitería. Eramos como moscas o abejitas que morían por el dulce aroma e ignorábamos el choto que se hacía, a fuego lento, en el patinillo de la casa.
Una vez reventó la solería del calor.
Tres bandejas. Siempre tres bandejas de pastelillos. Hoy en día no he visto nada igual ni por tamaño ni por olor supremo. Ya no las hacen así... Hoy no paga nadie un dineral por enviar a nadie una bandeja de pasteles.
Pero él se las merecía todas, para eso le había echado tanta cara a la vida.
Miles de años después, cuando a San Antonio le pica la barba de tanta calor prematura, vuelo a percibir esos olores dulces que se pegaban como miel a los besos y felicitaciones que recibía aquel hombre de campo, mientras que en el patinillo se hacía -a fuego lentico- el choto que ponía colofón a una mañana de risas y abrazos.
Hoy no está él para ser el centro de toda aquella inmensidad de sabores y aromas con que festejábamos su día; pero yo si me acordé de él y cada día 13, aunque no lo sea, para mí será un domingo especial.

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